Isabel de la Granja
¡Buenos días, tardes o noches! Depende del uso horario en que te
encuentres. Es un gusto tenerte leyendo las presentes líneas y más porque en
esta ocasión nos permitimos traerte la entrevista con una de las autoras que se
ha sumado a esta nueva modalidad de publicación. La auto-publicación.
Hola Isabel, muchas gracias por brindarnos un poco de tu valioso
tiempo.
El tiempo es valioso sólo para quien lo sabe valorar. Y yo el
mío os lo dedico encantada.
Pues adentrémonos en el asunto, ¿Es este tu primer libro?
Sí, que yo sepa. A no ser que una realidad alternativa uno de
mis múltiples “yo” hubiera publicado un bombazo editorial y mi yo de esta
realidad esté condenado a escribir solo borradores, como Sísifo con su piedra.
24 Micro romances y un poema de Jaume, dime
¿De
dónde viene el título?
De Neruda y del contenido. Es un “homenaje” a “20 poemas de amor
y una canción desesperada”. Pero en este caso solo hay un poema, regalado
espontáneamente por mi amigo y poeta Jaume Muñoz, y mis 24 micro romances que
son hiperrelatos de temática irónico-amorosos basados en una autobiografía
altamente distorsionada y ficcionada.
Cuéntanos acerca de él: Tu experiencia al escribirlo, idearlo,
pensarlo, la edición. Todo lo que implica ser una autora auto-publicada. ¿Qué
te impulso a auto-publicarte?
Vamos por partes. La idea de este libro surgió durante un viaje
a Marrakesh con mi amiga Eva Mor, escritora y guionista. Hablando de lo corto
que es el ser humano y lo divino de escribir en corto, surgió el concepto de
“microrromance” y aportarle contenidos fue sólo cuestión de desempolvar
recuerdos y darles forma literaria a anécdotas biográficas en sí mismas
prosaicas, pero que filtradas con un cierto sentido del humor y del amor se
convirtieron en instantáneas puntuales contadas con letra pequeña.
Lo de autopublicarme fue por pura cabezonería. Me dolía ver el
manuscrito enterrado en un disco duro fosilizándose como una mosca en el ámbar.
Así que tras sondear algunas editoriales (no muchas, sólo me respondió
favorablemente una editorial de autofinanciación) y un par de agentes
literarias (de las que no obtuve ni palabra), me decidí por la autopublicación
SOLO en formato digital, es decir, en ePub, mobi y Pdf. Soy ecológica y por
lógica considero que ningún árbol merece morir para servir de soporte a mis
cuatro ringorrangos.
¿Buscas editorial actualmente?
Sí y no. Busco plataformas editoriales online donde colgar mi
obra y que me sirva de escaparate virtual para la venta online. Porque
actualmente solo está disponible a través de mi página web (www.isabeldelagranja.com). Por eso me estoy
planteando enviarla a las grandes librerías virtuales de amazon, bubok, lulu,
globalbooks... El problema es que se suelen llevar la mitad del precio de la
obra y eso significaría tener que inflar el precio original para que a mí no me
quede una miseria por vender mi propia obra... En fin, el problema de siempre:
la ganancia de los intermediarios. En esa dicotomía estoy.
¿Desde cuándo escribes? ¿Cuál es tu principal influencia?
Escribo desde que aprendí a escribir, como todo el mundo. Pero
como pulsión creativa, desde la adolescencia, pero era muy afectada y estaba
excesivamente influenciada por los escritores que me gustaban en cada etapa:
García Márquez, Cortazar, Unamuno, Borges... Incontables, porque he leído mucho
y olvidado demasidado. Más recientemente he tenido que librarme de la
influencia de Paul Auster, Sandor Marai o Murakami, que me tiene el seso
sorbido. Aunque más que autores, yo me quedo con las obras. Hay libros
imposibles de olvidar: “La metamorfosis” de Kafka, “El señor de los anillos”,
“Cien años de soledad”, “Olvidado rey Gudú”, “El informe Brodeck” de Philippe
Claudel, “Las fundaciones de Asimov” o “El pájaro que daba cuerda al mundo” de
Murakami me rondan constantemente por la cabeza...
Ahora escribo en cada instante de forma diferente y cambiante,
tal como soy o me dejo ser. Porque como decía Heráclito de Éfeso, “no te puedes
bañar dos veces en el mismo río”, es decir, tú hoy no eres el mismo de ayer ni el
mismo de mañana. Así que a veces escribes algo estupendo a la primera como
fruto de un instante inspirado y otras veces para que te salga algo simplemente
correcto sudas tinta china, que se diluye con el propio sudor y desaparece por
arte de magia.
¿Qué fue lo que te empujó hacia las letras?
Que en secundaria tuve una malísima profesora de matemáticas y
un excelente profesor de latín. Y que me topé con el erotismo literario a los
12 años: estuve enferma en casa unos 10 días y encontré por casualidad (ese
fenómeno cósmico que no existe) en una estantería “Las mil y un noches”. Su
lectura me cambió la vida para siempre. No sabía que con cuatro frases te
podías poner tan cachonda. Descubrir el placer de la lectura fue uno de los
grandes placeres de mi vida. Y si yo puedo dar placer con algo que escribo, me
sentiré complacida.
¿Qué opinas de esta nueva modalidad que han tomado los
escritores de hacer TODO el trabajo que conlleva un libro?
Pues que “a la fuerza, obligan”. Si nadie te respalda y/o
finanza para publicar tu obra, tienes que hacerlo tú mismo. No es una nueva
modalidad, es una tendencia de mercado hacia el batacazo personal e
intransferible. Pero es una consecuencia más del cambio hormonal de esta
sociedad desvalorizada que estamos viviendo. Yo personalmente abogo por la
revolución personal y por predicar con el ejemplo. Si tú lo haces, otros
también pueden hacerlo y viceversa. Ahora esperar a que te vengan a rescatar
como Grecia es de pasmarotes. Prefiero el ejemplo islandés: tú me has jodido,
pues te expulso del paraíso y lo vuelvo a reconstruir sin ti, que eres un
pecado sin perdón.
¿Prefieres que compren tu libro o que lo lean? ¿Por qué?
Me encantaría que lo compraran porque estoy sin blanca, pero
siempre prefiero un lector que un comprador. Llámame hippie...
¿Qué opinas de las nuevas leyes como SOPA y PIPA? ¿Cómo crees
que afectaría a la auto-publicación?
Como autora y socia de la SGAE (sí, soy de las que cobra
derechos de autor), la gratuidad en las redes y la propagación de contenidos ajenos
en microblogging me parece un arma de doble filo: no da ningún tipo de ingreso
ni copyright al creativo aunque a la vez sí que promueve su obra. Con lo cual,
¿qué es mejor: comer o promocionarse? ¿O promocionarse para después comer? ¿O
no comer por promocionarse? Lo que me parece coherente es que se frene de
alguna forma la explotación indiscriminada sobre la obra de un creador que ha
perdido en la red el control sobre sus producciones. Por ejemplo, yo como
bloggers he visto retuiteados y clonados íntegramente en otros blogs y
plataformas entradas completas de mis blogs, algunas sin referencias a mi
autoría y eso no me parece bien. Pero, ¿qué hago? ¿Los denuncio? ¿Les corto sus
webs? En fin... Es complicado moralmente, cuando quizá la solución real es sencilla:
que la gratuidad tenga un límite y se empiecen a “comprar” los contenidos que
te interesen a un precio justificado y razonable. Como las canciones que se
venden en iTunes. Por 0.99€ por canción nadie se va a sentir estafado, ¿¿no??
Pues eso. Ni más ni menos. Comercio justo.
Y pues bien no te
quito más de tu tiempo Isabel. Muchas gracias por tus valiosas palabras, estoy
segura de que tendrás mucho éxito de ahora en adelante.
Una última pregunta para despedirnos.
¿Qué les dirías a todos aquellos futuros escritores que te leen?
Les diría lo que me dijo a mí un editor en su día: "Al Quijote se
le secó el cerebro de tanto leer, pero a nadie se le ha secado por mucho
escribir". Hacer callo, callo y más callo, y callar sólo cuando haya que
estar callado.
El placer ha sido mío. Gracias a vosotros.